La compra debe hacerse siguiendo unos criterios de sanidad, higiene y economía en función de las necesidades previstas a corto plazo, adquiriendo los productos a proveedores de confianza.
Los productos estarán siempre que sea necesario bajo protección frigorífica dependiendo de sus necesidades en cuanto a conservación y congelación.
Los alimentos sin envasar estarán protegidos de las posibles contaminaciones por parte de los compradores.
Nunca compraremos alimentos que presenten muestras de suciedad.
Nunca compraremos alimentos que necesiten algún tipo de refrigeración y se encuentren en estanterías al aire libre.
Los productos que compremos no estarán manipulados directamente por las manos del vendedor.
Procuraremos que los productos sean siempre de temporada.
Los huevos estarán bien estuchados.
Controlar las etiquetas y escoger las mejores fechas de caducidad.
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